"Juli, Morón nos necesita"


Julio Becerra y su hijo, manteniendo viva la tradición de la familia.
El sábado 9 de mayo del 98 fue mi primera visita al Estadio Francisco Urbano a ver a un club de la B Nacional, llamdo "Club Deportivo MORON", muy bien llamado, ¡gallito de MORON!

Era temprano a la mañana y mi viejo me dijo "¿Vamos a ver a Morón?, juega un clásico importante con Almirante Brown". Fuimos con mi hermano más grande, Javier, y nos sentamos en la platea justo abajo de las cabinas. Hasta ese momento yo no sabía nada del gallito, sólo que venia mal.

La cancha explotaba. Lo viví con mucha emoción. No ganamos, fue 2 a 2, pero eso sólo alcanzo para ver a Brown descender en MI ESTADIO!!!

Digo "mi estadio" porque a partir de ese día lo tomé como propio. No iba seguido a la cancha, sólo en partidos importantes.

Dos años después paso algo muy triste... Un descenso que nos marcó a mí y a mi viejo. Pero, ¡nos levantamos! Y salimos adelante. Me dijo "Juli, Morón nos necesita. A partir de ahora vamos a ir todos los sábados al Urbano, a alentarlo para volver a nuestro lugar que es la B Nacional". 

Así pasaron 6 años, cada 15 días... Siempre fieles, en el mismo lugar, llueve o truene... de repente casi se nos da! Fue un 03 de junio de 2006, una fecha que va a quedar imborrable, porque quedó algo pendiente. Iban 52 minutos de un partido emocionante, con una cancha llena. ¡Abrazados, saltando, gritando! Volvíamos a nuestro lugar...

Hasta que nos tiraron un balde de agua fria y nos bajaron! Tirados al piso, llorando. Nos fuimos... 

El no volvió. Sólo de vez en cuando, pero yo sí. Y sé que un día, tarde o temprano, ese abrazo gritando "DALE CAMPEON", que nos quedó atragantado, ¡se nos va a dar!

En ese lugar conocí gente, ¡conocí a mi mujer!, ¡conocí a mis amigos!, ¡laburé!, lo pinté, lo arreglé, hice cosas que ni sabía como hacerlas. Recuerdo un partido con Temperley, de noche, con la cancha inundada, me metí al estadio y con una esponja grande, junto a 3 o 4 socios más nos pusimos a juntar agua para poder jugar el partido.

Ese estadio me vio llorar, me vio reir, me vio alentar, me vio putear, pero nunca me vio abandonarlo.

En el 2010, la rueda se dio vuelta y yo llevé a mi hijo por primera vez al Urbano. Ahora alentamos juntos, como hace 15 años, con mi viejo, hoy con mi hijo.

Siempre en el mismo estadio y con la misma pasión. Con la misma ilusión. Una ilusión y una pasión hereditaria.

"Francisco Urbano" ¡Gracias por tanto! Me llevo muchos recuerdos. Lindos y Malos... pero todos son INOLVIDABLES.

Julio Becerra. Socio nº1348

1 comentario:

  1. Grande Julito!
    Si habremos ido con tu viejo de chicos a todos lados a ver al gallo!
    Abrazo grande
    Gonza!

    ResponderEliminar

Firmá tu comentario, con tu nombre, apellido y tu dirección de correo electrónico.