Por Gustavo Navarrine
Me encantó saber de esta idea de La 94 Sport , la decisión
de rescatar e hilvanar historias del Urbano, las historias de cada uno, que
merecían un espacio así para ser contadas y mostradas a los demás. Leer
esas historias individuales puede desatar todo tipo de emociones y movilizar la
capacidad de asombro de quienes teníamos nuestras propias privilegiadas
vivencias, los vagos recuerdos, los claros, y la necesidad de poner en algún
lugar el significado que el Urbano tiene para cada uno.
Son
muchas mis vivencias, desde mis tres o cuatro años donde correteaba en
aquella vieja cancha de básquet, mientras mis viejos disfrutaban de los
populosos bailes de carnaval, con famosas orquestas y cantores de esa época.
Hablo de 50 años atrás.
O como aquellas inolvidables tardes de invierno, observando
los partidos parado en un lugar exclusivo, conformado por aquellos 30 o 40
pilotes (escalones) premoldeados de hormigón que habían quedado al lado del
alambrado, donde hoy está el Gimnasio, y que eran un pequeño souvenir, para que
nunca nos olvidemos de la “Cuarta Tribuna ” que nunca fue mas que un sueño
no concretado.
Hay que
destacar que ese lugar era un Vip, comparado con quienes 50 metros a nuestras espaldas, veían los
partidos desde el paredón del Dorrego.
Pero
qué difícil es explicar desde la emoción lo que nos está pasando.
Cuántos sentimientos cruzados, un hermoso estadio nuevo de
la mano del crecimiento y el progreso, por un lado, y el pronto
desmantelamiento de nuestra vieja casa llena de añoranzas, por el otro.
Quien no ha
tenido esas vivencias, o no es hincha de Morón, se asombra que uno no pueda
disfrutar plenamente de la alegría de tener un estadio como el que se viene, y
que por el contrario lo embargue la tristeza.
Por eso, me meto en las entrañas del Urbano y me
pregunto si no tomará nuestra mudanza como un desprecio, como una infidelidad,
como un “ya no me importás” y profundizando esa locura me permito hasta pensar
que debe estar cansado que hablemos tanto del Nuevo Estadio.
Veo que este año no le podemos ganar a casi nadie, en esta
cancha donde Morón supo ser invencible, que estamos a las puertas del descenso,
y me pregunto si el Urbano no nos estará pasando factura por todo este
desprecio. ¡Creer o reventar!
Y sí…,
hablar desde la emoción me permite hasta pensar en las supersticiones.
Por eso, Viejo
Urbano, necesito aclararte que nunca vas a dejar de estar en mi corazón. Prometo
ir el sábado a tu despedida, aunque me cueste un montón. Puedo soportar esos
lagrimones que se me van a caer; Pero no me pidas que pase el día que te
desmantelen, porque será como un sablazo al corazón.
Pronto serás
unos edificios llenos de gente y luces. Y qué rara paradoja, serás parte del
plan de urbanización, como si esa palabra fuera en homenaje a tu nombre.
Para mí,
te transformen en lo que te transformen, serás a partir de ahora “El
viejo Urbano”. Y el lugar de mis recuerdos.
Y a vos Nuevo Estadio, te pido disculpas si hablo
mucho del Viejo Urbano y casi no te presto atención. Es que uno se da cuenta
del valor de las cosas cuando ya no las tiene.
A vos ya
casi te tengo. Y espero que sea para siempre… ¿me explico?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Firmá tu comentario, con tu nombre, apellido y tu dirección de correo electrónico.